Una de las propuestas fundamentales de la experiencia educativa del Colegio Internado Juan XXIII fueron las eucaristías, cada periodo, cada etapa de la historia del Juancho, tuvo su particularidad, las eucaristías no fueron las mismas, en la etapa del Padre Basiana, Pedrajas y Villamil, las eucaristías venían cargadas de mensajes de la teología de la liberación, las eucaristías se convertían en momentos de discusión, análisis de la realidad a la luz de los evangelios. Un tal Jesús en audio antes de dormir eran como el pan de cada día, oír Jesucristo superestrella, no era ninguna contradicción con ser un colegio confesional católico. Los encuentros internos (plasmados muchas veces en los retiros) estaban llenos de análisis en base al evangelio, pero no ese evangelio tibio, por el contrario era contestatario, era de liberación.
Este tipo de estrategia se convirtió parte fundamental de la propuesta pedagógica, educar para liberar, educar para comprometerse con los pobres y todo a la luz de los evangelios. Las nuevas generaciones ya no tuvieron la dicha de ser tan emotivas, pues éstas, tuvieron características mucho más ortodoxas a los postulados de la iglesia tradicional.
Frontis de la capilla del
Juancho ubicada en Cocaraya.
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